Durante los últimos años no hemos parado de escucharlo, y cada vez con más frecuencia. No hay feria del automóvil donde una marca u otra presente su nuevo prototipo de coche autónomo. Términos como ‘self-driving’, ‘Autopilot’ y ‘human driving’ son cada vez menos de ciencia ficción y más reales. Pero, ¿cuándo tendremos coches autónomos circulando por nuestras ciudades y carreteras? Vamos por partes.
El coche se conduce solo, ¿pero quién está detrás? Son ya múltiples marcas que planean fabricar coches sin conductor, por lo que veremos bastantes variaciones cuando estos lleguen al mercado. Desde Ford a Tesla y pasando por Google, son muchas las empresas que están a la carrera por la supremacía de la automoción autónoma.
Para explicarlo de una manera sencilla, los vehículos autónomos cuentan con la tecnología adecuada para ser capaces de navegar y ser conscientes de su entorno sin la necesidad de que intervenga un conductor humano. Esto traduce en que cada vehículo se encuentra equipado con una unidad de GPS, un sistema de navegación interno y múltiples sensores que incluyen videocámaras, un telémetro láser y un radar. Toda esta tecnología, trabajando de manera conjunta, permite al vehículo construir una imagen exacta de su entorno en 3D.
Los prototipos de coches autónomos actuales se apoyan en diferentes tecnologías de inteligencia artificial, las cuales les permiten tomar sus propias decisiones de manera autónoma, como por ejemplo calcular la mejor ruta para llegar a su destino. Una vez tomada la decisión y establecido el trayecto, este se disecciona en comandos que se introducen en unos dispositivos llamados actuadores, los cuales controlan la dirección, el freno y el acelerador.
Un mapa interno del coche incluye las ubicaciones estáticas previstas y actuales según su base de datos de los edificios, los semáforos y las señales de circulación. A esto hay que sumarles su capacidad para identificar elementos en movimiento, como otros vehículos o los propios peatones. ¿Quién sabe de qué serán capaces dentro de unos años más?
Desde las autoridades, se afirma que los conductores, o mejor dicho ocupantes, no tendrán que estar constantemente atentos a la carretera ni tampoco mantener las manos en el volante mientras el vehículo esté en automático. Sin embargo, el ocupante que se encuentre en la posición del conductor sí que tendrá que mantenerse alerta y estar preparado para tomar el mando del vehículo en pocos segundos cuando el sistema lo requiera.
Si el conductor no respondiera cuando es requerido, el vehículo automáticamente encendería sus luces de emergencia e iniciaría a reducir su velocidad. En cualquier caso, desde la DGT manifiestan que se incluirán nuevas normas en el Código de Circulación para garantizar que esta nueva tecnología se utilice de manera más segura. El gran dilema se sitúa en que si la persona que está al volante de un coche autónomo debería ser o no la responsable legal en caso de verse implicada en un accidente.
La propuesta más firme es que en caso de accidente o infracciones, como saltarse un semáforo en rojo o el exceso de velocidad, la responsable sería la empresa u organismo que autorice esa tecnología y la que se enfrentarían a las correspondientes sanciones. Lo que sí es seguro es que la persona que esté al volante seguiría siendo responsable de otras obligaciones, como asegurarse de que los pasajeros infantiles llevan el cinturón de seguridad, comprobar la carga, o por supuesto, obtener un seguro.
Los fabricantes están haciendo enormes progresos para que los vehículos completamente automatizados sean una realidad en nuestras carreteras muy pronto, pero todavía se enfrentan a algunas barreras tecnológicas.
Aunque parezca lo contrario, la tecnología GPS actual no es del todo fiable a lo que autonomía se refiere, y los sistemas de visión todavía tienen ciertas limitaciones a la hora de entender y procesa ciertas situaciones que pueden producirse en las calles y carreteras.
Los cambios de climatología también pueden afectar notablemente a la capacidad de los coches para identificar o seguir objetos que se encuentran en movimiento. También se habla de dificultades en el reconocimiento facial de personas de tez oscura, especialmente en la oscuridad.
Lo cierto es que la seguridad, más que ninguna otra característica, es el principal reto de los 'coches que se conducen solos'. Y es sin duda la gran causa de que no sea común toparse todavía con este tipo de vehículos.
Todos hemos escuchado hablar de algunos notorios casos en los que vehículos autónomos se han visto envueltos en accidentes mortales. El más famoso, el de una mujer en Arizona que fue atropellada por un Tesla sin conductor.
Un claro ejemplo de sus limitaciones actuales son las obras en carretera, que pueden obligar al pasajero sentado al volante a hacerse cargo del vehículo si las señalizaciones no son las adecuadas y pertinentes.
Uno de los grandes puntos débiles, sobre todo para los más “conspiranoicos” es el potencial riesgo de hacking. Puesto que los coches se van volviendo más tecnológicos, en cierta manera se vuelven también más vulnerables a la piratería informática. Ordenadores adicionales, multitud de sensores y la conectividad a Internet aumentan las posibilidades de que los vehículos autónomos puedan ser en cierto modo hackeados.
Y no hay que olvidarse de otro inconveniente, quizá el más natural, y dependiendo de dónde vivas, el más frecuente; hablamos del tiempo. Pues sabemos que las condiciones meteorológicas adversas, como la lluvia intensa o la nieve, pueden generar problemas de visibilidad y detección que reduzcan el alcance y la precisión de los sensores de los que depende el vehículo.
Aunque hace pocos años se esperaba que para 2023 ya fuese cotidiano ver por nuestras ciudades y carreteras todo tipo de coches autónomos, lo cierto es que no viajaremos en un coche que se conduzca solo próximamente, y nos referimos por lo menos a unos cuantos años más. Como hemos visto, los investigadores se enfrentan a múltiples retos para optimizar la conducción autónoma, y las soluciones no pueden precipitarse, pues hablamos de seguridad.
Llegados a este punto, lo mejor es que te pongas el cinturón y te relajes, porque vas a seguir sujetando ese volante durante algún tiempo más. Así que, qué mejor manera de hacerlo que con un vehículo en condiciones. En DriveOn contamos con más de 400 vehículos de ocasión a tu disposición. No esperes más, entra en nuestra web o ven a vernos a nuestros concesionarios de Madrid o Sevilla.